En el capítulo 14 de Jueces podemos ver como Sansón mata un león, en el cual más adelante puede observar un panal con miel. Un suceso que frente a los filisteo le permitió hacer una adivinanza, que particularmente me llamó la atención y puede que a ti también. Esta adivinanza la vemos en el versículo 14 y dice algo como:
«Del que come salió comida; y del fuerte salió dulzura»
Sin duda alguna Sansón hacía referencia al león y el panal de miel. Pero más allá de eso lo que me llama la atención es el mensaje que nos deja la forma en que hace la adivinanza. Pues dice que del que come ha salido comida. Pues no es normal que un León te alimente, sino que él se alimente de ti.
Sin embargo como el Señor estaba con Sansón, esto cambió, y el que venía a comérselo lo alimentó. Así mismo sucede con la segunda parte de la adivinanza, que dice que del fuerte salió dulzura. Es decir, alguien feroz que normalmente te trae preocupación, miedo, dolor… se volvió un instrumento para endulzar la vida de Sansón, por cuanto el Señor estaba con él.
¿Cuál es el mensaje con respecto a: todas las cosas nos ayudan a bien?
Simple. Si el Espíritu de Dios está contigo, todo lo malo que tiene como propósito destruirte, hacerte daño, hacerte sufrir, devorarte… se va a convertir en un instrumento para bendecirte, tener gozo y paz. Porque si nos encontramos con un león de una vez pensamos que tenemos mala suerte, moriremos. Sin embargo como incluso lo malo nos ayuda a bien, ese león alimentó a Sansón y le dio dulzura.
Así que si tienes un león feroz frente a ti, no temas, que aunque la naturaleza de ese problema es destruirte, el Espíritu de Dios está contigo, vas a matar a ese problema y como todas las cosas nos ayudan a bien lo que quedará de ese problema es bendición, prosperidad… y una vida plena en Cristo.
Por eso te invito a:
- No le temas al león, enfrentalo. Si huyes tal vez no te haga daño pero tampoco puedas comer del panal. Mejor mata a ese león, resuelve ese problema y verás como tu vida se va a endulzar.
- Así como sansón no disfrutes solo el dulce resultado de la victoria. Debes compartirlo, para que todo los que te rodean también puedan ser bendecidos.
Así que con fe oremos a Dios: “Padre en el nombre de Jesucristo, te doy muchas gracias, toda la Honra y Gloria sea para ti. Te pido Señor que tu Espíritu Santo descienda sobre mí para no temer, enfrentar y destruir ese león que me hace frente en mi vida. Por fe declaro que no tiene más fuerzas de la que tu me das, y que de ese problema saldrán muchas bendiciones. Muchas gracias porque en ti tengo la victoria asegurada ¡Amén!”