¿Para qué sirve la oración? Más allá de recibir una respuesta de parte de Dios, la oración tiene una función o beneficio que muchos ignoramos ¡Y es que nos permite examinarnos! Hablemos de ellos.
Si no has leído ¿Por qué orar? Exploramos 4 razones porque orar y ¿Cuándo debemos orar según la biblia? | Serie “La oración”, te invito a que lo hagas, y luego regreses, o si prefieres, lee este mensaje y luego complementa con esos artículos ¡Muy interesantes!
¿Para qué sirve la oración?
La oración me ayuda a examinarme. ¿Y cuál es la importancia de esto?
Parte de la naturaleza humana es culpar a otros, no reconocer cuando fallamos. Y esto es contrario al evangelio, porque el evangelio tiene que ver con el arrepentimiento. No puedo arrepentirme, si no entiendo que he pecado; o si entiendo, pero no lo reconozco sino que culpo a otros, o justifico lo que he hecho.
Es lo que sucedió con Adán y Eva, porque el culpar a otros es uno de los primeros frutos del hombre cuando desobedeció y comió el fruto prohibido. “La mujer que me diste me dio de comer” – “La serpiente me dijo que comiera”.
Y esto va más allá de reconocer que somos pecadores y aceptar a Cristo, se trata de que, si dejo la naturaleza humana y vivo según naturaleza del Espíritu, no voy a vivir todos los días culpando a otros de mis acciones ¡Sino que me examino y corrijo!
¿Desde cuando no te examinas en oración y dices como el salmista?
Salmos 139:23-24
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
24 Y ve si hay en mí camino de perversidad (mi comentario: y muchos de nosotros no toleramos siquiera la probabilidad de ser quienes erran),
Y guíame en el camino eterno.
No se trata de hacer esta oración de memoria, sino hacerlo de corazón porque entiendo lo que significa: sé que no soy perfecto, y que muchas veces soy el problema sin darme cuenta ¡Lo acepto (dejo el orgullo)! pero abre mis ojos para ver mi perversidad (solo Dios puede hacerte ver tu error), y muéstrame cómo salir de ello.
Si hicieramos mas oraciones como estas, tendríamos más cristianos que expresan a Cristo con su vida, que Cristianos de doble ánimo: predican una cosa, pero viven otra.
Esto tambien es la oración, acercarnos a la luz de este mundo para ver nuestras miserias, y dejar que el Espíritu Santo te transforme.
El corazón y mi mente
Parte de lo que podemos encontrar cuando nos examinamos son enfermedades de la mente y de las emociones (“conoce mi corazón” – “conoce mis pensamientos”).
Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7)
¡La solución al afán es ir a la presencia de Dios, la solución a las enfermedades del corazón y de la mente!
NO JUSTIFIQUEMOS NUESTRO AFÁN, NO CULPEMOS A OTROS DE NUESTRO AFÁN: nos afanamos porque perdemos la paz de Dios, y esto no es asunto de alguien más, sino nuestro. Vivimos afanados porque no oramos, o no examinamos ese afán en nuestras oraciones, porque la Palabra dice que cuando lo hacemos, viene la paz a guardarte.
No siempre tenemos la razón
Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».
(Mateo 26:39)
DEBEMOS ORAR MOSTRANDO LO QUE VE NUESTRO CORAZÓN Y MENTE, PERO ABIERTOS A QUE ESA IDEA ESTÁ EQUIVOCADA Y QUE DIOS TIENE LA CORRECTA.
- Tu mente y tu corazón están convencidos de que tú estás bien, y la otra persona es el problema. Pero cuando dejas que Dios te examine te das cuenta de que puedes hacer algo mejor que solo culpar: orar por esa persona, tratarlo mejor, aceptar que eres parte del problema y cambiar.
Hermanos, la biblia dice que es mejor DAR que RECIBIR. Por ende, se trata menos de examinar lo que recibes y de quién recibes, y se trata más de examinar lo que das y a ti mismo.
- Dar no significa descuidarte a ti mismo, porque de la abundancia de tu corazón, salen tus actitudes, tus palabras. Parte importante del dar, servir… es examinar lo que hay en nuestro corazón, porque eso es lo que vas a dar.
- “Me dio de mala gana”, “No debería comportarse así”, “No debería tratarme así”, “El Señor quiere que Él haga esto o lo otro”…. ¡Detente un momento y examínate a ti mismo!
Lo que sucedes cuando te examinas en oración
CUANDO COMIENZAS A MIRARTE A TI, DESCUBRES LO PERVERSO QUE HAY DENTRO DE TI Y RECIBES AYUDA DE DIOS.
Descubres:
- Que hay un carácter que debe ser transformado.
- Que hay heridas que aún siguen vivas y deben ser sanadas.
- Que hay falta de perdón.
- Que tu comportamiento tiene su origen en un trauma (maltrato, violación, desprecio), y que debes comenzar a ver como Cristo.
Pero necesitamos humildad para reconocer y luego fe/valentía/espiritualidad para vencer. No al revés, porque el orgullo de tu valentía, el orgullo de tu supuesta fe/espiritualidad, no te permiten reconocer tus perversidades ¡Y si que lo eres aunque no lo veas!
Pregunta a quienes conviven contigo como se sienten con lo que sale de tu boca, actitudes y tratos… ¡Enserio, pregunta! – Pregunta a Dios qué tanto de lo que haces es su voluntad, y qué tanto son tus pasiones humanas… Toma enserio este mensaje y examínate con humildad.
Pero no te quedes allí, una vez reconoces, y decides morir a ello, Cristo comienza a tomar el control, y debes ser valiente para vencer lo que sea que no deja expresar la vida de Cristo en ti: orgullo (no importa que se burlen de mí), Vergüenza, etc. Esta es la verdadera vida espiritual y de fe, vivir conforme a la voluntad de Dios.
