Expliquemos un poco Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.“. ¿Sabías que podemos estar pidiendo a Dios pero estar haciéndolo mal? Es la pregunta que queremos que te hagas ahora mismo ¿Estoy pidiendo bien o mal?
Y no se trata de las palabras que utilizas, o si suenas más o menos espiritual, sino de lo que sale tu corazón. Estudiemos un poco el contexto.
Antes de Santiago 4:3
Los dos versículos previos al popular texto de “Pedís mal”, nos dan luz acerca de lo que se refiere el versículo. Leamos la versión TLA:
¿Saben por qué hay guerras y pleitos entre ustedes? ¡Pues porque no saben dominar su egoísmo y su maldad! 2 Son tan envidiosos que quisieran tenerlo todo, y cuando no lo pueden conseguir, son capaces hasta de pelear, matar y promover la guerra. ¡Pero ni así pueden conseguir lo que quieren! Ustedes no tienen, porque no se lo piden a Dios.
Santiago 4:1-2 (TLA)
¿Por qué pedimos mal? Básicamente porque:
- Nuestro corazón es egoísta y no lo podemos dominar (nos dejamos llevar por el egoísmo).
- Hay maldad en nuestro corazón.
- Tenemos envidia.
- Somos avariciosos, codiciamos tanto que somos capaces de hacer daño.
Todos hemos sentido o vivido esto, lo que está mal es aceptarlo y no luchar con ello para que no gobierne nuestra vida, y por ende lo que pedimos.
Oremos a Dios pidiendo ayuda y dominio propio para controlar esos deseos y sentimientos. En primer lugar no actuemos guiados por esos deseos, y segundo alimentemos nuestro espíritu para que los deseos de la carne mengüen. No pidamos guiados por ese sentir negativo.
Santiago 4:3 – TLA ¿Qué significa?
Y cuando le piden a Dios no reciben nada porque la razón por la que piden es mala, para poder gastar en sus propios placeres.
Santiago 4:3 (TLA)
Esta versión utiliza un lenguaje más actual que podemos comprender con mayor facilidad. El versículo anterior decía que una de las razones por la que no teníamos lo que queríamos es porque no lo pedíamos a Dios, y aquí continúa diciendo que cuando lo hacemos la razón por la que no recibimos es clara:
La razón por la que pedimos no es la correcta, no es la motivación que Dios desea, somos egoístas y queremos alimentar nuestros deseos.
¿Por qué pedimos y no recibimos?
Nuestras oraciones son incorrectas porque lo que nos motiva a hacerla no está alineado con el propósito de Dios, sino que el centro somos nosotros (nuestros deseos).
Lo primero que debemos hacer es morir al “Yo”, y comenzar a pedir todo, conforme a la voluntad de Dios.
¿Cómo debemos pedir?
Considerando lo que hemos leído, y los versículos posteriores de Santiago 1:4, podemos extraer los siguientes 8 consejos:
- No nos dejemos guiar por los malos deseos: envidia, celos, avaricia, codicia, maldad.
- Tampoco pidamos de forma egoísta.
- Que nuestra petición no demuestre que amamos más al mundo que a Dios (su voluntad siempre debe estar primero).
- Entiende que el amor de Dios es más fuerte que los malos deseos que hay en nuestra naturaleza humana ¡Entrégate a él!
- Resistamos al diablo, a la tentación ¡Para que huya!
- Quitemos el pecado de nuestra vida, para ello que nuestra mente esté en Dios.
- Humíllate delante de Dios.
- No juzguemos a nuestros hermanos ¡Amemos!
Oraciones donde hemos pedido mal
En internet hay muchos tipos de oraciones que van en contra de lo que creemos, y que desde nuestra fe es pedir mal. En esta sección las estaremos compartiendo por varias razones:
- Hay muchos hermanos en Cristo repitiendo estas oraciones porque suenan bonitas, queremos alertar.
- Sabemos que personas que no comparte nuestra fe buscan y hacen estas oraciones, y queremos que se encuentren con este sitio con la esperanza de que reciban un mensaje que traiga claridad a su vida, por medio del Espíritu Santo.
Veamos cuáles son esas oraciones:
Hay títulos que a primera vista saben que están errados, pero otros que depende como se interprete. Y en estos últimos nos hemos asegurado de explicar la interpretación correcta. A medida que vayamos publicando más oraciones de ese tipo, la agregaremos arriba.
Oremos para finalizar
Padre te damos toda la Gloria, mi Dios que tu amor nos inunde y haga morir todo deseo negativo que no provenga de ti. Tu palabra dice que ese amor es más fuerte que la naturaleza pecaminosa de nuestra carne.
Danos dominio propio, ayúdanos a resistir al diablo para que huya de nuestra vida. Hoy ponemos nuestros pensamientos en ti, tu voluntad. Nos humillamos, pedimos perdón por las veces que hemos pedido y vivido mal, a espaldas de ti.
Te amamos, y esperamos cada día demostrar ese amor, enfocados en ti y no en el mundo. Renunciamos al pecado, el cual fue perdonado por Cristo en la cruz. Gobierna nuestra vida, enséñanos a pedir, en el nombre de Jesús ¡Amén!